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En su quinta novela, José María Fraguas De Pablo, vuelve a ser fiel a su estilo ameno e inconfundible. Su particular modo de contar, con el tiempo como cómplice narrativo, nos sitúa sutilmente en el universo de unos personajes que, pese a pertenecer a distintas generaciones, no pueden o no saben superar la apatía y el silencio que les imponen sus acomodadas conciencias.
La novela transcurre en las postrimerías de la primera década del siglo XXI. Un helador materialismo atraviesa Europa y la sociedad española se encuentra inmersa en un espíritu de deconstrucción al que nadie es ajeno.
En “El Espejo donde te mirabas” transitamos por los silencios de cada uno de los protagonistas, conocemos sus contradicciones y la evolución que van interiorizando a lo largo del relato. Los personajes descubrirán accidentalmente que existe un lado distinto de la misma realidad. Una realidad con otro sesgo marcado por el lado de la Historia que fue condenada al sueño de las palabras: al silencio.
Después de “La mujer del farero”, “La pirámide de cartón”, “La caja del cachimán” y “No se lo digas”; construye ahora, en “El espejo donde te mirabas”, un monumento/retrato a la memoria, armado con palabras y ternura.